ODONTOPEDIATRIA

Un hábito que se aprende desde la infancia y que perdura toda la vida, es el cuidado dental. Los dientes y encías bien cuidados ayudan a los niños a mantener una buena salud a nivel general, no sólo dental.  Cuando los niños presentan caries, u otro tipo de enfermedad oral, los resultados pueden ser negativos, generando deficiencias en la nutrición, desarrollo del lenguaje, dolor y en muchas ocasiones problemas con su autoestima.

Los hábitos de higiene bucal, deben ser enseñados y reforzados por los padres durante su crecimiento inclusive con los recién nacidos..

Cuando aparece el primer diente (entre los 5 a 12 meses), se puede empezar a limpiar con un cepillo de cerdas muy suaves, además de mantener el uso del paño húmedo en las zonas sin dientes.

También se debe retirar gradualmente el biberón y la lactancia llegando al primer año, ya que esto puede generar alteraciones en la posición y crecimiento óseo, al igual que la  generación de caries tempranas.

Visitar al odontólogo desde la aparición del primer diente en adelante, asegura que el niño empiece a tomar confianza  a las consultas y se familiarice con olores, sonidos y sensaciones durante un tratamiento,

Se recomienda concurrir  cada 6 meses para prevenir la aparición de caries y realizar limpiezas u otros tratamientos preventivos

Para eso, el odontopediatria, le explicará en detalle los cuidados necesarios para cada etapa del crecimiento, y les enseñará las técnicas adecuadas de cepillado, limpieza y productos a utilizar para una adecuada higiene. Los niños poseen una motricidad que permite manejar un cepillo dental después de los 6 años, en este periodo es  importante que los padres asuman la responsabilidad del cepillado de dientes de sus hijos..

Los dientes de leche deben ser cuidados con la misma importancia que los definitivos, ya que gracias a éstos se mantiene el espacio  en el cual se alinearán los dientes permanentes. Cuando los dientes se pierden por caries o traumas (golpes), o se realizan extracciones tempranas, este espacio se empieza a perder, y esto sólo se logra recuperar con ortodoncia.

Los  infecciosos pueden alterar la formación de los definitivos, generando dientes débiles con pigmentaciones, cavidades y manchas grandes, siendo más vulnerables a la formación de caries.

Las técnicas de prevención para los “dientes de leche” y definitivos son sencillas, indoloras y rápidas. Las más usadas son las limpiezas profilácticas con pastas especiales, que evitan la formación de caries en zonas  de masticación, y también  la colocación de fluor.

La prevención es el mejor tratamiento de todos